Aunque la mayoría de los turistas que viajan a Estados Unidos suelen visitar grandes ciudades como Nueva York, San Francisco o Los Ángeles; viajar a los EE.UU. es también un buen destino para quienes buscan alejarse del ruido de la vida urbana y perderse en parajes naturales formidables.
Los Estados Unidos de América cuentan con 59 parques nacionales de una gran belleza y diversidad. Todos ellos albergan rincones únicos e irrepetibles que siempre sorprenden a los visitantes; caprichos naturales como la Gran Fuente Prismática, la Ola del Desierto o el Lago Mono que te harán sentir que has abandonado La Tierra. A continuación te mostramos alguno de los rincones naturales más insólitos e Estados Unidos.
La Gran Fuente Prismática
Es la mayor fuente termal de Estados Unidos y la tercera más grande del mundo. Situada en el Parque Nacional de Yellowstone, una reserva natural famosa por su actividad geotérmica al albergar más de 200 géisers y 1000 fuentes termales, La Gran Fuente Prismática llama la atención por su tamaño y, sobre todo, por sus inusuales colores. Esta gama de rojos y amarillos que rodea el azul de la profunda y cristalina laguna termal se debe a la presencia de bacterias pigmentadas que se alimentan de los minerales que porta el agua, y que crecen formando biopelículas que tiñen la piedra con degradados tan impresionantes como los de la fotografía.
La Ola del Desierto
Puedes encontrar estas impresionantes formaciones rocosas ondulantes en la reserva de Parya Canyon-Vermilion Cliffs, en Arizona. La Ola del Desierto es una de las más características, dado su tamaño y la sinuosidad de sus formas, lo que la convierte en una visita muy codiciada por aventureros, excursionistas y fotógrafos. Surge de un antiguo conjunto de dunas que pasó a convertirse en roca compacta con el paso del tiempo y que fue moldeada por la erosión del viento y del agua, hasta resultar en las formas tan caprichosas que ves.
El Desierto Blanco
El Desierto Blanco es el arenal de yeso más grande del mundo. Declarado Monumento Nacional de Nuevo México, este mar de arena blanca es el resultado del a erosión constante que produce el viento sobre los cristales de yeso, creando bellísimas dunas de arena tan blanca que parece nieve.
El Valle de la Muerte (Death Valley)
El Valle de la Muerte se encuentra en el parque nacional que recibe el mismo nombre, en el estado de California. Se trata de una de las mayores zonas desérticas de Norteamérica, donde se alcanzan temperaturas de más de 50 grados. Destacan las Salinas, en la zona conocida como Badwater, característica por su situación a 86 metros bajo el nivel del mar y su enorme salinidad. La combinación entre el suelo cubierto por un manto de cristales de sal y la luz del sol crea paisajes insólitos y cegadores. Si visitas el Valle de la Muerte, no te olvides tus gafas de Sol y, sobre todo, ¡unas botellas de agua!
El Lago Mono
Aunque este lago de origen volcánico es uno de los más antiguos del mundo, la extrema salinidad que caracteriza al Lago Mono se debe a una decisión humana. Situado en las montañas de Mammoth, California, la concentración de sal en sus aguas comenzó a dispararse desde 1941, año en el que se decidió desviar sus aguas para abastecer las áreas urbanas crecientes. Esto dio lugar al curioso aspecto que presenta actualmente el lago, y a su ecosistema, en el que conviven insectos como la mosca alcalina o el camarón de salmuera, un pequeño crustáceo del género artemia exclusivo de este tipo de parajes extremos. Además, las aguas también muestran altos niveles de arsénico, lo que no las hace muy recomendables para casi ningún tipo de vida… aunque las inmediaciones del lago constituyen el lugar donde anida una gran variedad de aves marinas.
Si estás pensando en hacer un recorrido por Estados Unidos incluye estos parajes insólitos en tu itinerario. Será una forma de conocer otros mundos… ¡aunque estén dentro del nuestro!
