Después de pasar una pandemia y tener que retrasar nuestra boda, sabíamos que una vez pudiésemos hacerlo teníamos que hacer un viaje para recordar toda nuestra vida. Al final nos decidimos a realizar un viaje de 24 días por la costa Oeste de EEUU y terminar en Polinesia Francesa.
Teníamos esta idea porque queríamos disfrutar un poco de todo. Del ajetreo de las ciudades de EEUU como San Francisco, donde puedes disfrutar de Alcatraz, las calles empinadas que hemos visto siempre en la televisión y que pudimos recorrer con el cable car o el Pier con sus leones marinos y sus atracciones donde disfrutar, Las Vegas con su bullicio constante, lleno de luces y con sus exhibiciones en los hoteles por todo lo alto, o Los Ángeles con sus parques temáticos como Warner Bros o Universal donde poder ver escenarios míticos de las películas y series de nuestra infancia o del paseo de la fama con sus estrellas, y también disfrutar de atardeceres en Venice Beach o en el muelle de Santa Mónica. De la naturaleza y lo impresionante de parques como Yosemite, Sequoia National Park, Antilope Canyon o el gran cañón del Colorado.
De lo auténtico de la ruta 66, y los pueblos del viejo Oeste que mantienen esa esencia de la fiebre del oro. Para acabar en las impresionantes islas de Moorea y Bora Bora, donde poder relajarse y disfrutar de todo un paraíso de aguas de un azul que te deja con la boca abierta, de la exuberante flora que cubre toda la isla de verde y de la increíble fauna que puedes disfrutar en algunas de sus excursiones.