La COVID nos obligó a replanificar nuestra boda hasta en 4 ocasiones, y nos tocó plantearnos las mismas veces cuál iba a ser el destino de nuestro viaje. Teníamos seguro que queríamos un combinado New York + playa, pero queríamos algo fuera de lo normal, y finalmente nos decidimos por visitar dos islas de las Bahamas, Nassau y Exumas, y después visitar la ciudad de los rascacielos. Tras una escala en Miami llegamos al primero de nuestros destinos, la capital de Bahamas, Nassau, que está dividida a su vez en dos islas o miniciudades, la ciudad colonial de Nassau y Paradise Island, un pequeño paraíso como su propio nombre indica preparado para recibir al turista con magníficos hoteles y una playa de arena blanca y agua turquesa que quita el hipo.
Tuvimos 5 días para disfrutar de la isla, donde nos dio tiempo a relajarnos en la piscina del Riu y la playa de Paradise Island, pasear por las casas de colores de Nassau, practicar deportes acuáticos en aguas transparentes o visitar las impresionantes instalaciones del Atlantis, uno de los mejores hoteles del mundo. Los siguientes 5 días nos dirigimos a las Exumas a través de un pequeño vuelo interno. Nos quedamos en el complejo Sandals y si las playas de Nassau nos dejaron con la boca abierta, en las Exumas descubrimos las mejores playas que jamás habían visto nuestros ojos, normal que la productora de Piratas del Caribe eligiera este destino para grabar muchas de sus imágenes.
En algunos momentos nos sentíamos como Jack Sparrow en aquella playa solitaria con un agua tan turquesa y clara que se confunde con la arena. Recomendamos encarecidamente una excursión en barco que nos llevó a visitar la isla de los cerdos nadadores (donde compartimos agua con cerdos y rayas) y la isla de las iguanas, una experiencia única. Los últimos 5 días de viaje nos tocaba visitar New York previa escala en Miami. Combinamos un par de tours para visitar alto y bajo Manhattan y los distritos más importantes (Harlem, Queens, Bronx y Brooklyn), con unos buenos pateos para conocer los iconos más importantes de la ciudad (la estatua de la libertad, el toro de Wall Street, el Empire State, el Rockefeller Center, Central Park…).
Recomendamos especialmente dos actividades que nos dejaron marcados, el viaje nocturno en helicóptero sobrevolando Manhattan, y el ascenso al Summit en el edificio One Vanderbilt, que te permite tener las mejores vistas de la ciudad con una sensación de vértigo espectacular, las dos últimas plantas de este edificio tiene sus paredes, techo y suelo completamente de cristal! Si dicen que este viaje tiene que ser inolvidable, al menos el nuestro lo fue 🙂