Una luna de miel de ensueño.
Ha sido nuestro viaje soñado, después de todo lo vivido en pandemia teníamos muchísimas ganas de comenzar nuestra aventura por México.
Lo primero que hicimos fue aterrizar en ciudad de México, donde la historia y arquitectura nos dejaron maravillados, estuvimos en el museo de arqueología, en la plaza del Zocalo, comiendo tacos en la calle mientras nos enamorábamos de barrios como Coyoacan y La Condesa y disfrutando del mercado local donde nos hicimos con algunas de sus típicas calaveras tan coloridas.
Nuestro segundo día fue aun mejor, llegamos a Txula Gutierrez y visitamos el Cañón del Sumidero, sin duda de lo más bonito que hemos visto en nuestras vidas, nos dejo con la boca abierta, después comimos en El Jardín de Chiapas, la comida estaba riquísima, volveríamos 100%. Esa misma tarde estuvimos visitando las calles de Chiapas, donde la buena energía de su gente se podía respira.
Día tres, nos adentramos aun más en la ciudad de Chiapas, en la cultura de los Chamula y en sus creencias, es increíble como los indigenas mantienen sus raices y sus costumbres a pesar del paso del tiempo.
Comimos con una familia donde cocinaban las tortillas a fuego y leña, la mejor comida de todo el viaje.
Continuamos nuestra aventura visitando las cascadas de Agua Azul y las de Misol há, donde se grabo la película de alíen vs pedrator y donde disfrutamos de un baño refrescante.
Y llego Palenque, nunca olvidaremos esas maravillosas ruinas Maya, las palabras se nos quedan cortas, es alucinante ver como hace tantos años pudieron construir algo tan asombroso, y la selva… un lugar mágico donde perderse, la flora, la fauna, los sonidos tenian vida propia, fue pura magia.
Siguiente parada Merida, sin duda nos quedamos con sus cenotes y sus marquesitas, una ciudad con encanto donde el verano es eterno.
No podíamos terminar esta semana de aventuras sin visitas Chichen Itzá, recomendable al 100% pero hay que tener el cuenta el calor, a pesar de eso nos sorprendió mucho su cultura tolteca y todas las tradiciones religiosas que llevaban a cabo en esa época.
Y para terminar esta aventura, la gran Riviera Maya, paraíso de aguas cristalinas, tequila y sol. Después de tanta excursión necesitábamos un poco de relax, visitamos Playa del Carmen y Tulum pero pasamos casi todo el tiempo en el hotel.
Lo pasamos tan bien que nos queríamos volver, ha sido un viaje que recordaremos para siempre.