Nuestra fantástica experiencia empieza en Nueva York. En esta visita, como novedad, nos la encontramos toda nevada, cosa que dificultó los desplazamientos pero los paisajes de la ciudad cubierta de nieve compensan. Como visitas pendientes teníamos la visita a Ellis Island (nos encantó), un partido de la NBA (optamos por un Brooklyn Nets-Philadelphia 76ers) y nos encontramos con una atmósfera estupenda en el Barclays Center aunque el partido no fué tan bueno….y una visita a Katz`s, un local emblemático por sus míticos bocadillos de pastrami y con mucha historia. Una visita que no teníamos prevista fué el museo de la zona cero y ahora creemos que es imprescindible. Es sobrecogedor y muy emocionante. Impactan tanto las imágenes y los testimonios que presentan como el respeto y el silencio de todos aquellos que lo visitan.
Respecto al hotel en Nueva York, elegimos el Pennsylvania. Un monstruo con cientos de habitaciones, pasillos larguísimos y laberínticos, todo enmoquetado y no especialmente limpio, pero te da la impresión de estar en los años 70 o de que Jack Nicolson va a atravesar la puerta de tu habitación con un hacha, pero esa es su gracia. Si te gusta lo retro y decadente no lo dudes!
Nuestra segunda y última parada fue Miami. Como os podéis imaginar la temperatura cambió radicalmente, no hacia mucho sol pero si una buena temperatura. Nuestro hotel era el Albion, un hotel estupendo, bien localizado en Miami Beach y cerca de la playa. La ciudad de Miami no es especialmente bonita ni tiene grandes cosas que visitar, Miami Beach es una zona turística con una playa muy larga, un montón de restaurantes (no especialmente baratos), edificios art deco y un bulevar lleno de tiendas. Hicimos un par de salidas, una para visitar los Everglades, pantanos llenos de caimanes y cocodrilos y alquilamos un coche para visitar los cayos. Respecto a la visita a los cayos fue estupenda. El trayecto hasta el último cayo (Cayo Hueso) es largo pero se puede hacer ida y vuelta en un día, aunque si volviésemos nos buscaríamos un alojamiento por los cayos porque la zona merece una visita de un par de días mínimo. En Isla morada encontramos un restaurante dentro de una marina (Lorelei Restaurant) con una terraza y unas vistas impresionantes, la comida no es menos y muy bien de precio, para nosotros visita obligatoria!.
Total unos días de vacaciones fantásticos y encantados con el servicio ofrecido.